Los estadounidenses quieren también resolver las denuncias de hace medio siglo que reclaman miles de millones de dólares por las propiedades confiscadas tras la revolución cubana. (EFE)
LA HABANA— El jefe de la diplomacia de Washington visitará La Habana el viernes para izar la bandera de las barras y estrellas en la recién reabierta embajada de Estados Unidos, escenificando una vuelta de la victoria cargada de simbolismo para la nueva política de compromiso con Cuba del gobierno de Obama.
Los cubanos de a pie animarán, ejecutivos de negocios estadounidenses trabajarán en sus redes y el secretario de Estado, John Kerry, se reunirá con el ministro cubano de Exteriores, el arzobispo de la iglesia católica en la isla y un puñado de disidentes seleccionados.
Después de esto, comenzará lo difícil.
Poco después de que Kerry regrese a su país el viernes por la noche, los diplomáticos cubanos y estadounidenses que negociaron la reapertura de la embajada se dedicarán a tiempo completo a la próxima fase de la distención: Expandir los lazos económicos entre las dos naciones con medidas como vuelos directos y servicio de correos.
Los estadounidenses quieren también resolver las denuncias de hace medio siglo que reclaman miles de millones de dólares por las propiedades confiscadas tras la revolución cubana. La Habana tiene sus propias reclamaciones, como destacó Fidel Castro en una columna publicada en un diario el jueves, diciendo que Washington debe a la isla "cuantiosos millones de dólares" por los daños causados por el embargo.
"Tenemos relaciones diplomáticas, ahora podemos ponernos a trabajar de verdad", dijo Wayne Smith, un diplomático estadounidense retirado que fue testigo del cierre de la legación de su país en 1961, sirvió en Cuba durante la presidencia de Jimmy Carter y esta semana regresó a la isla para el acto del viernes.
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el pasado 17 de diciembre que ambos países retomarían su relación diplomáticos 54 años después de que la bandera fuese arriada de la embajada ubicada en el popular Malecón de La Habana.
Obama dijo también que daría pasos para dar más poder al pueblo cubano suavizando el embargo comercial con una serie de acciones ejecutivas que facilitarían los viajes de estadounidenses a Cuba y el comercio con la creciente clase empresarial de la nación insular.
Ocho meses después, Cuba ha solicitado en varias ocasiones un levantamiento total del embargo. La Habana no ha respondido a las acciones de Obama con otras que permitan que su pueblo se beneficie de ellas, como permitir importaciones y exportaciones de bajo coste a empresarios que buscan hacer negocios con Estados Unidos.
"Creo que estamos terminando una fase y entrando en otra", dijo Robert Muse, un abogado estadounidense especializado en Cuba. "Los apretones de manos, los saludos fraternales y el izado de banderas terminarán el 14 de agosto. Creo que es entonces cuando comenzarán las conversaciones particulares".
Aunque Cuba ha incrementado su muy limitado acceso a internet desde el 17 de diciembre, una medida que funcionarios estadounidenses atribuyen parcialmente al acercamiento con Washington, los cubanos de a pie están cada vez más impacientes por ver resultados concretos de la nueva relación.
"Yo estoy optimista pero con cautela", dijo Rolando Méndez, un trabajador estatal que pasaba por delante de la nueva embajada de Estados Unidos en jueves. "Creo que hay que esperar para ver como siguen los acontecimientos y si de verdad va a ser beneficioso para los dos pueblos".
Estados Unidos ha intentado mantener conversaciones con funcionarios cubanos en varias ocasiones sobre los detalles de la suavización de las leyes hacia la isla, pero esas reuniones nunca se han celebrado en medio de la presión para alcanzar un acuerdo que permitiese la reapertura de las embajadas en La Habana y Washington el 20 de julio.
Diplomáticos estadounidenses dijeron que un encuentro de este tipo, que se espera conduzca a un aumento real del comercio con Estados Unidos, está entre las principales prioridades de las conversaciones de normalización que se espera comiencen en serio la próxima semana.
Tras la ceremonia de izado de la bandera y del encuentro con el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, está previsto que Kerry se reúna con el canciller cubano, Bruno Rodríguez. A este acto le seguirá una conferencia de prensa y el izado de otra bandera en la vivienda señorial del jefe de la misión diplomática, donde está previsto que el secretario de Estado se cite con disidentes cubanos.
En una serie de entrevistas con prensa en español el miércoles, Kerry dijo que esta jornada haría avanzar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba a una serie de conversaciones concretas sobre temas como "aplicación de la ley, seguridad marítima, educación, salid, telecomunicaciones".
"Hablaremos de una forma muy directa sobre una especie de hoja de ruta hacia la verdadera y plena normalización", dijo Kerry.
viernes, 14 de agosto de 2015
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Histórica visita de John Kerry a Cuba
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