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domingo, 5 de julio de 2015

Día crucial en Grecia

Una serie de encuestas publicadas el viernes tras la furiosa semana de campaña mostraban a los dos bandos en un ajustado empate. (AFP)


El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha apostado el futuro del gobierno de izquierdas que formó hace cinco meses en esta votación. Tsipras insiste en que una victoria del "no" le daría más autoridad para negociar un acuerdo mejor con los acreedores del país, y que un "sí" sería una capitulación ante sus estrictas demandas.

La oposición acusa al primer ministro de poner en peligro la membresía del país a la eurozona, y afirma que votar por el "sí" equivale a conservar la moneda única.

Mientras los votantes acudían a los colegios electorales, ante los cajeros automáticos volvían a formarse largas filas. Griegos preocupados acudieron para retirar su límite diario de 60 euros (67 dólares), contemplado en las restricciones bancarias impuestas el lunes pasado en un intento de evitar una fuga de capitales después de que Tsipras convocara un referéndum.

"Hoy, la democracia derrota al miedo (...). Soy muy optimista", dijo Tsipras tras votar en el centro de Atenas rodeado por decenas de periodistas.

El pulso de Tsipras con sus acreedores —la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional— hizo que Grecia incumpliera un plazo de su deuda esta pasada semana, cerrara bancos para evitar su colapso. El endeudado país también perdió el acceso a miles de millones de euros tras expirar el acuerdo de rescate que estaba vigente.

La sensación de urgencia ha sido patente toda la semana, mientras los griegos trataban de descifrar la compleja pregunta del referéndum entre frenéticos mensajes de catástrofe inminente o desafío.

Nikolaos Papadopoulos, un votante en Atenas, dijo haber votado por el "sí".

"Creo en una democracia, en una Europa unida, en un mundo con una buena economía, y quiero que todos trabajemos juntos para avanzar, no que vayamos hacia atrás", dijo.

Otro votante en la capital, Ioannis Nikolau, lo veía de otra forma.

"Voté por Tsipras y quiero votar 'no' porque he vivido en Europa y sé qué derechos tienen los europeos y los griegos. Sólo por eso motivo. No tienen los mismos derechos", dijo.

La campaña de una semana se libró en medio de una crisis bancaria en la que se restringieron los reintegros a 60 euros (67 dólares) al día. Se formaron largas colas ante los cajeros automáticos, y las pocas oficinas bancarias que abrieron para ayudar a pensionistas sin tarjetas bancarias se vieron abrumadas.

Una serie de encuestas publicadas el viernes tras la furiosa semana de campaña mostraban a los dos bandos en un ajustado empate, con una ventaja del "sí" que estaba dentro del margen de error estadístico. También mostraban que una abrumadora mayoría de la gente —en torno al 75%— quiere que Grecia siga en la moneda única.

"Hoy, los griegos deciden el destino de nuestro país", dijo el líder opositor Antonis Samaras cuando acudió a votar. "Votamos 'sí' a Grecia. Votamos 'sí' a Europa".

Sea cual sea el resultado, a Tsipras le espera un duro camino lleno de incertidumbre sobre si podrá ofrecer un acuerdo mejorado de rescate.

El gobierno griego afrontará difíciles desafíos en cualquier caso, indicó el politólogo de la Universidad de Yale Sathis Kalyvas. Si gana el "no", Atenas podría encontrarse con que los países de la eurozona se niegan a negociar un acuerdo mejor porque desconfían de Tsipras, señaló Kalyvas.

Una victoria del "sí" tampoco supone un camino de rosas, pero probablemente abriría la puerta a un nuevo gobierno que tenga la oportunidad de negociar un acuerdo mejor, dijo el experto.

Si la Unión Europea quiere mantener a Grecia en la eurozona, apuntó Kalyvas, tendrá que dar con "un plan muy generoso", dado que el coste de la crisis se ha disparado más de lo esperado.

Seguir negociando con el gobierno griego será "muy difícil", indicó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, porque la situación económica del país se ha agravado mucho en las últimas semanas. Schaeuble reiteró la postura alemana de que para que Europa funcione, todos los países deben cumplir las normas.

Otro problema con cualquier negociación futura es que los acreedores griegos no están de acuerdo entre sí. El Fondo Monetario Internacional ha sido que no participará en un tercer rescate a menos que incluya un considerable alivio de la deuda griega. Otros países europeos, sin embargo, han descartado aliviar la deuda hasta que Atenas acometa más reformas financieras.

El ministro griego de Finanzas, Yianis Varoufakis, mientras tanto, arremetió contra otros países europeos a los que acusó de demorar el acuerdo de rescate para que se agotaran las arcas de los bancos griegos y forzar a Grecia a aceptar lo que describió como un acuerdo humillante.

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