Si las elecciones presidenciales fueran hoy ¿por quién usted votaría?
La anterior, y otras preguntas, son necesarias para aplicarlas a muestras de la población electoral a fin de medir tendencias en la política. Todo candidato necesita manejar cifras y datos sobre cómo está valorada su figura en el electorado.
Para ello el método más efectivo son las encuestas. Estas miden las tendencias de preferencias en un tiempo determinado y pueden servir, si se realizan con esa intención, para que una organización política determine qué estrategias utilizar para aumentar su simpatía.
Su resultado es circunstancial. Depende de lo que suceda en el momento, ya que el panorama de la gente puede cambiar en una semana, cualquier acontecimiento cambia la imagen de un candidato, destaca la socióloga Fátima Torres.
Aunque, los tres últimos meses antes de celebrarse las elecciones puede que haya pocos cambios electoreros, sostiene la especialista en el tema.
Encuestas en RD
En República Dominicana las encuestas se popularizaron a principios de los años 80, en 1982 para ser más exactos, en tiempos de la Avanzada Electoral, grupo político que fortaleció la imagen de Salvador Jorge Blanco, candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que en ese entonces se enfrentaba en la boleta electoral a Joaquín Balaguer y Juan Bosch, representantes de los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y Liberación Dominicana (PLD), respectivamente.
En República Dominicana las encuestas se popularizaron a principios de los años 80, en 1982 para ser más exactos, en tiempos de la Avanzada Electoral, grupo político que fortaleció la imagen de Salvador Jorge Blanco, candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que en ese entonces se enfrentaba en la boleta electoral a Joaquín Balaguer y Juan Bosch, representantes de los partidos Reformista Social Cristiano (PRSC) y Liberación Dominicana (PLD), respectivamente.
Una de las firmas encuestadoras que en 1982 presentó sus cifras de preferencia en el electorado fue la desaparecida Centro de Inversión de Mercadeo Social (Cedemers), que daba a Jorge Blanco con el mayor porcentaje ante los otros candidatos, y efectivamente, ganó los comicios. La misma firma se registra como la primera que realizó una encuesta electoral en 1974, de acuerdo a datos ofrecidos por el sociólogo Ramón Tejada Holguín.
Tejada Holguín, quien ha trabajado en encuestas electorales destaca que, luego de 1982 la encuesta fue utilizada por un mecanismo no solo para saber sobre la temperatura política sino además para tener detalles y definir los públicos que tenían derecho al voto.
Fue una herramienta utilizada por Balaguer para dirigir anuncios hacia los nuevos votantes y presentarse como la mejor alternativa.
Y es que la encuesta, a pesar de que mide tendencia de preferencia es una herramienta para hacer análisis políticos.
Importancia de las encuestas
Las encuestas tienen un valor importante dentro de una demarcación social, pues son el reflejo de la preferencia que tiene sus habitantes.
Las encuestas tienen un valor importante dentro de una demarcación social, pues son el reflejo de la preferencia que tiene sus habitantes.
“La mejor evidencia de su importancia es que las grandes firmas aciertan con los resultados”, señala Tejada Holguín, quien añade que aunque se ha demostrado resultados certeros en las elecciones hay gente que no cree en las encuestas ni las acepta.
Pero más allá de ello, el sociólogo destaca que la gran utilidad de las encuestas es “que el político sepa por dónde va la simpatía de la gente. Lo que piensa, cuáles son las formas en que lo percibe sobre su contrario; expectativas y aspiraciones de los votantes”.
Partiendo de este punto, el candidato puede definir cómo se va a presentar y hasta dónde está funcionando su estrategia política para tener más simpatizantes.
Esto no significa, aclara Tejada Holguín, que un buen porcentaje de simpatía ayuda a un candidato a conseguir más adeptos.
El especialista hace la aclaración tras asegurar que en el país se ha vendido mucho la idea de que si una encuesta posiciona por encima a un candidato en un momento determinado, se suman más adeptos a la candidatura.
“Está comprobado, aunque se ha vendido mucho otra cosa, que las encuestas no suman adeptos. Si fuera así, en las elecciones pasadas (mayo 2012), no hubiese ganado Danilo Medina. En un principio de la campaña electoral la diferencia era de 22 a 28 puntos a favor de Hipólito Mejía y eso luego fue cambiando. Si las encuestas ayudaran a posicionar a un candidato ese fenómeno y cambio no hubiese ocurrido”, expresa.
Partiendo de la idea de que los buenos puntos ante otro candidato suma simpatía, muchos aspirantes a cargo presidencial hacen sus propias encuestas, caen en la manipulación de datos y creen en lo que quieren creer.
De acuerdo con Tejada Holguín, cuando un candidato manipula una encuesta a su favor es porque necesita mantener estimulado a sus seguidores para que no se desanimen.
Una encuesta se puede manipular hasta en la forma en que se formula pregunta y con ello se puede estimular a la gente a dar la respuesta que se quiere.
En una encuesta manipulada hay incongruencias en los datos y resultados; para saber si hubo manipulación hay que analizar todos los campos que se presentan. Si hay incoherencia debe haber una razón sociopolítica que lo explique.
“Quien publica algo manipulado y se lo cree fácilmente fracasa”, sostiene el sociólogo.
Los políticos más exitosos tienen sus encuestadores que le dicen por dónde va su simpatía. Manejan sus números aunque publiquen otros. “Para mí eso es un grave error, siempre insisto en que en las encuestas hay que verlas como tendencias, siempre y cuando sean encuestas reconocidas no las que parecen hechas en la casa”, dice.
En el caso de los partidos políticos las encuestas se realizan dependiendo del escenario. Si hay tendencia a la baja o si se está subiendo
Firmas encestadoras
En el país se realizan un sinnúmero de encuestas electorales. Algunas firmas están asociadas a medios de comunicación y otras trabajan independiente y para partidos políticos.
En el país se realizan un sinnúmero de encuestas electorales. Algunas firmas están asociadas a medios de comunicación y otras trabajan independiente y para partidos políticos.
Por lo general algunas encuestas publicadas en los medios se acercan a los resultados finales de las elecciones.
Para la realización de una encuesta se toma en cuenta el universo de electores que ronda por 7 millones de personas y la probabilidad en que a una persona en especifico se le encueste es un en millones. Los casos que se toman son 1,200 y el margen de error está por el 2.9%, señala Tejada Holguín.
A parte de la encuesta que se realizan por entrevistas están las telefónicas, la cual, según Tejada Holguín, es menos confiable que la de cara a cara.
Aunque, sin duda, un tipo de encuesta confiable son las realizadas a pie de urna.
Una encuesta así, bien hecha da una visión de los resultados. “Aquí se han querido controlar, lo que me parece una barbaridad”, señala.
“Es una encuesta confiable. Se vota de seis a seis, se puede hacer un corte al mediodía, pero nadie que se respete se atreve decir que la tendencia de las 12 del mediodía es el resultado de las elecciones, porque el perfil de quien vote en la tarde puede ser diferente y la gente que vota en la tarde puede definir los resultados”, sostiene el sociólogo.
Para llevar a cabo esta encuesta, explica, hay que tener a varias personas en diferentes puntos el día entero. En cada sector social se selecciona las personas que tengan el perfil que se necesita.
“Las encuestas son confiables dependiendo de quien la haga. Y hay firmas pequeñas que son tan buenas como las grandes”, sostiene.
Tanto Holguín como Torres coinciden en que realizar una encuesta se necesita muchos recursos. Y para que sea exitosa se necesita un personal que esté apto para llevarla a cabo.
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