A quien se atreva a acercarse demasiado a la residencia italiana de George Clooney con la esperanza de atisbar al actor-director y su flamante esposa le puede costar caro.
El pueblo de Laglio, donde Clooney compró una mansión del siglo XVIII con embarcadero privado en el Lago Como hace una docena de años, ha impuesto multas para quienes creen "problemas de orden público" si se reúnen en el camino principal detrás de la mansión o si se acercan por barco a menos de 100 metros (110 yardas) de la costa.
El alcalde Roberto Pozzi dijo vía telefónica el martes que la semana pasada firmó ordenanzas que quintuplican las multas hasta llegar a los $550. Las dos ordenanzas —una que desalienta la concentración de mirones por tierra y la otra por mar— rigen hasta el 30 de septiembre para abarcar el período de primavera y verano en que Clooney suele permanecer en el lugar, al pie de una colina boscosa que llega hasta los Alpes.
Clooney se casó en septiembre en Venecia con Amal Alamuddin, abogada especializada en derechos humanos con sede en Londres.
"No lo hemos visto desde que se casó", dijo Pozzi. "Veremos si viene en su período habitual".
Pozzi dice que hasta ahora ha prevalecido la sensatez y que no hubo que multar a nadie.
Las ordenanzas, colocadas en lugares visibles de la ciudad, "no tienen el propósito de reprimir", dijo el alcalde. "Si un turista quiere llegar hasta la residencia y tomar una foto, está bien". En vez de recaudar el dinero de las multas, la municipalidad quiere desalentar las concentraciones de curiosos que causan peligros de tránsito en la carretera.
El alcalde indicó que las leyes de navegación prohíben navegar a menos de 50 metros de las costas. Las canoas de los clubes deportivos están exceptuadas.
La gente del pueblo ha disfrutado de buenas relaciones con Clooney y sus frecuentes invitados de Hollywood. La celebridad puso a Laglio en el mapa turístico. El alcalde dijo que los valores de las propiedades más lujosas se han triplicado.
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