CARACAS, Venezuela — El presidente Nicolás Maduro rechazó el miércoles que su denuncia sobre un plan de golpe de Estado y las acciones tomadas contra supuestos conspiradores formen parte de una trama para justificar la suspensión de las próximas elecciones legislativas, según argumentan sus críticos dentro y fuera de Venezuela.
"Si nos tocara enfrentar escenarios que no queremos, y haremos todo lo posible para evitarlo, de un atentado golpista... haríamos las elecciones parlamentarias igualmente de acuerdo a la Constitución, porque tenemos la fe en el pueblo", afirmó el gobernante en un encuentro con líderes de partidos oficialistas.
"Llueve, truene o relampagueé este país va a tener elecciones parlamentarias este año 2015 y prepárense para una pela" (una paliza), "para una gran victoria de este pueblo", acotó.
Oficialistas y opositores albergan esperanzas de lograr una mayoría abrumadora en la nueva Asamblea Nacional, que debe instalarse en enero del 2016.
Maduro salió al paso a versiones de políticos extranjeros y del líder opositor local Henrique Capriles, quienes han dicho que el gobierno podría suspender los comicios legislativos, en buena medida debido a la merma de la popularidad del gobernante.
Capriles, que funge además como gobernador del estado central de Miranda, expresó el miércoles en un comunicado que los voceros del gobierno andan "con el mismo cuento de siempre, que si un supuesto golpe. ¿Cuál golpe? Si lo que realmente le interesa al venezolano es que aparezcan los alimentos y las medicinas".
Agregó que el 85% de los habitantes de Venezuela quieren un cambio y la mejor forma de cambiar es participando en elecciones.
En meses recientes, el apoyo a Maduro ha descendido a 22%, un nivel marcadamente bajo, en momentos en que Venezuela está sumida en una aguda crisis económica caracterizada por una inflación galopante, recesión y problemas severos de escasez, que no pocos ven como responsabilidad del gobierno.
La caída sostenida en los precios del petróleo, el cual genera cerca del 96% de los ingresos que el país recibe por exportaciones, ha sacudido aún más a las autoridades antes de las elecciones legislativas programadas para este año.
La oposición —que acusa al oficialismo de imponer su mayoría legislativa para elegir entre sus simpatizantes a los miembros de los poderes públicos— dice que es vital doblegar a la mayor parte de sus adversarios para asegurar "la separación de los poderes".
Maduro ha dicho que esa mayoría es necesaria "para garantizar que la revolución siga".
Se requiere una mayoría de al menos dos tercios de los 165 legisladores para aprobar leyes orgánicas, entre otros instrumentos legales.
En la actualidad, el oficialismo tiene 99 diputados, mientras que la oposición cuenta con 66, pero esto ha sido insuficiente para reducir el dominio oficialista en el cuerpo legislativo.
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